El misionero de la Consolata padre Giovanni Battista Saffirio falleció la noche del 11 de octubre en São Paulo. Italiano de nacimiento, vivió 57 años en Brasil, Estados Unidos y Canadá. Tenía 85 años, de los cuales 64 de profesión religiosa y 58 de sacerdocio.
Por Julio Caldeira IMC
Nacido en Bra, Italia, en 1939, el padre Giovanni Battista Saffirio, más conocido como “João Saffirio”, llegó a Brasil en 1967. Trabajó en la Misión Catrimani, con el pueblo Yanomami, en dos períodos: en la «primera hora» de presencia efectiva, de 1968 a 1979, y de 1985 a 1995. Hizo doctorado y trabajó en Estados Unidos y Canadá durante casi 20 años. En Brasil, acompañó por otros diez años las actividades pastorales de la parroquia de São Manuel, en el interior de São Paulo.
Falleció en São Paulo en la noche del 11 de octubre de 2024. Tenía 85 años, de los cuales 64 de profesión religiosa, 58 de sacerdocio y 57 de misionero en las Américas.
Con los Yanomami
En el libro «O Encontro – Nohimayou: Memorias da Missão Catrimani», publicado en 2017 por Paulinas en Brasil, el padre Saffirio relata su llegada y su primer encuentro con los Yanomami:
«El día era 16 de octubre de 1968. Llegué a la Misión Catrimani desde Boa Vista por la mañana. Por la tarde, el hermano Carlos Zacquini – que ya llevaba nueve meses en la misión – me introdujo a la maloca (yano) de los Korihanatheri. Había cerca de 35 indígenas en la ‘gran casa Yanomami’». En la publicación, también describe la relación entre los misioneros y los Yanomami, así como lo que aprendió con ellos.
Gran misionero, intelectual y doctor en Antropología, se destacó por su trabajo en las áreas de salud, educación y defensa de la vida indígena, por la creación y dedicación al Censo del pueblo Yanomami y, junto con el padre Guillermo Damioli, por la producción del primer atlas etnológico Yanomami, que contribuyó en gran medida a la demarcación y ratificación del Territorio Yanomami en 1992.
Ambos, junto con un grupo de Hermanas de la Consolata, formaron parte del grupo de misioneros expulsados por la FUNAI del territorio yanomami en 1987, tras denunciar la invasión de 20.000 mineros, que provocó la muerte de muchos indígenas; regresaron unos meses después, cuando se reconoció la arbitrariedad de la actuación del gobierno brasileño.
Un hombre de reflexión y acción
Mons. Vanthuy Neto, actual obispo de São Gabriel da Cachoeira (Amazonas – Brasil), conoció al P. João Saffirio en Roraima, cuando aún era joven y el sacerdote estaba en Catrimani. Luego lo recuerda como administrador y superior en Boa Vista, en los difíciles tiempos de persecución de la misión de la Consolata en Roraima, en tiempos del obispo Aldo Mongiano, cuando era seminarista y luego sacerdote en la diócesis. Aquí destaca tres imágenes del P. Saffírio:
«La primera era la de un hombre que había estudiado a fondo el mundo de los Yanomami y los conocía muy bien; era un misionero que había estado muy cerca de los Yanomami, al igual que Guilherme Damioli y Carlos Zacquini; recuerdo que escribió con Guilhermo un gran libro sobre los Yanomami con hermosos textos y fotografías».
«La segunda imagen que tengo de él es que vivió experiencias muy difíciles cuando era Superior Regional de la Consolata en los años 90, con acusaciones y violencia contra los sacerdotes y el obispo Aldo: tenían una gran responsabilidad por la vida y la misión en Roraima, era un hombre de gran coraje que nos acogía con gran afecto y siempre sonriendo. En los momentos difíciles, ayudado por su secretaria Beth y a veces por mí, escribía textos y los enviaba a las organizaciones, vía fax, sobre la situación».
«Una tercera imagen fue en relación a la beatificación de Allamano, organizando algunas cosas en Boa Vista; lo recuerdo como un hombre muy inteligente, capaz de grandes reflexiones.»
Breve biografía
El padre Giovanni (Juan) Battista Saffirio nació en Bra, provincia de Cuneo, Italia, el 13 de septiembre de 1939. Último de los siete hijos de Giuseppe y Giordana Teresa, fue educado en la fe cristiana en el seno de su familia.
A los 11 años ingresó en el seminario diocesano de Turín y a los 17 en el de los Misioneros de la Consolata, profesando en 1960. Fue ordenado sacerdote en Turín el 18 de diciembre de 1965, «diez días después de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II», según sus propias palabras.
Llegó a Brasil en 1967 y «el 16 de octubre de 1968, en un monomotor Cessna 170, llegué a la pequeña pista de aterrizaje de la Misión Catrimani, construida el año anterior por los padres Giovanni Calleri y Bindo Meldolesi». Misionero y gran intelectual, trabajó en la misión de Catrimani durante dos períodos (1968-1979 y 1985-1995), además de ser administrador y luego superior de la Región Roraima de los Misioneros de la Consolata en la Amazonía brasileña.
Durante muchos años fue también misionero en Estados Unidos y Canadá, donde estudió y se doctoró en Antropología Cultural y Sociobiología por la Universidad de Pittsburgh, en Pensilvania, a principios de los años 80; de 1996 a 2012 estuvo en Toronto, Highland y Somerset. Regresó a Brasil en 2012, dedicándose a actividades pastorales en São Manuel, en el interior de São Paulo. En los últimos años, debido a problemas de salud, vivió en la Casa Regional de los Misioneros de la Consolata, en Jardín São Bento, donde falleció en la noche del 11 de octubre de 2024.