Padre Antonio Gabrieli, el misionero amigo y hermano “ha partido hacia la tierra sin males”

El padre Antonio Gabrieli, misionero de la Consolata, falleció en Buenos Aires en la madrugada del 7 de febrero de 2025, a los 76 años. Dedicó 56 años a la vida religiosa y 51 al sacerdocio, dejando un legado de fe, compromiso y entrega misionera.

Por Julio Caldeira imc

“Con mucho dolor, hoy nuestro hermano ha terminado su peregrinación en la tierra y ha transitado a la casa del Padre. Agradecemos a Dios por su testimonio, su ministerio, su servicio, su consagración y su entrega a la Misión Ad Gentes”, expresa el comunicado emitido por la Región IMC Argentina sobre el fallecimiento del padre Antonio Gabrieli, ocurrido el 7 de febrero de 2025.

Argentina, donde llegó como misionero en 1983, se convirtió en su hogar. “Es mi tierra, la llevo en el corazón”, expresó en 2023 al celebrar sus 50 años de sacerdocio. Durante sus cuatro décadas de misión y servicio pastoral en el país, desempeñó múltiples roles: párroco, vicario, formador, maestro de novicios, superior de comunidades, consejero y superior regional. Su labor lo llevó a diversas misiones en San Francisco, Martín Coronado, Jujuy, Mendoza, Yuto, Merlo y Buenos Aires.

Misa en la casa natal de San José Allamano en Castelnuovo Don Bosco. Foto: Jaime C. Patias

El padre Antonio falleció a los 76 años, después de 56 años de vida religiosa y 51 de sacerdocio. En sus últimas semanas, estuvo acompañado por los misioneros de la Consolata y sus dos hermanas, quienes viajaron desde Italia para estar con él. En su país natal, había iniciado su camino misionero como formador y animador vocacional. Entre 1993 y 1999, regresó a Roma como Consejero General de los Misioneros de la Consolata, apoyando la misión de la congregación en todo el mundo.

El 8 de febrero, fue sepultado en el cementerio jardín de paz, en Luján, Argentina, dejando un profundo legado de fe y servicio misionero.

Hermano entre los hermanos

El padre Antonio Gabrieli fue “un hermano entre los hermanos, un misionero que siempre ejerció su servicio con mesura, respeto y un trato humano distinguido hacia todos los que lo buscaban”, testimonia el padre José Auletta IMC.

En medio de la emoción por la partida de este querido misionero, el padre Auletta recuerda con gratitud los momentos compartidos con él. Destaca especialmente cómo el padre Gabrieli lo animó y apoyó en su labor de acompañamiento a los pueblos indígenas de Argentina, reafirmando así su fidelidad al carisma misionero. Su compromiso con las comunidades indígenas de Yuto dejó una huella imborrable: “Me marcó profundamente su cercanía con la gente, especialmente con los hermanos guaraníes, quienes hoy lo recuerdan con afecto y gratitud”, expresa Auletta.

Padre Antonio Gabriele con grupo de misioneros en la casa del Allamano en Rivoli

La serenidad y fortaleza del padre Gabrieli fueron evidentes incluso en los últimos días de su vida. “Pocos días antes de su partida, durante el retiro anual realizado en enero, me impactó su paz al enfrentar la enfermedad que lo aquejaba”, rememora. “Hoy, con profundo agradecimiento, hacemos memoria de este hermano que ha partido hacia la “tierra sin males”, hacia el cielo nuevo y la tierra nueva. Nuestro querido padre Antonio Gabrieli deja un legado de fe, compromiso y amor por los demás”.

Misionero cercano y amigo de todos

La profesora Diana Sosa, de Mendoza, recuerda al padre Antonio Gabriel como “una persona muy cercana y un amigo para todos, especialmente para los colegios de la Consolata en Argentina”. Según la pedagoga, el padre Antonio fue un misionero con propuestas audaces, siempre dispuesto a animar a la comunidad en tiempos difíciles y un formador con una visión renovada sobre la misión.

“En un momento muy difícil para el país, cuando la crisis económica afectaba la estabilidad de los sueldos y la incertidumbre pesaba sobre muchas familias, él tuvo la iniciativa de crear un grupo llamado ‘Amigos de la Consolata’. Este grupo organizaba, una vez al mes, eventos comunitarios para reunirnos, compartir y darnos aliento mutuamente en esos tiempos difíciles”, recuerda Sosa.

Además, destaca su capacidad de conectar la formación con la realidad del momento. “Sus propuestas en espacios de formación y retiros siempre estuvieron actualizadas. Recuerdo especialmente cómo nos acercó a autores que no leíamos habitualmente, como Pagola, lo que nos permitió reflexionar más profundamente sobre las dimensiones divinas, históricas y sociales de nuestro Cristo”, expresa.

Al recordar su partida, Sosa resalta su fortaleza y entrega inquebrantable: “A pesar de su enfermedad, nunca se rindió. Siempre tuvo una enorme voluntad de vivir y transmitir su mensaje con fuerza y esperanza. Ha sido un privilegio conocerlo y aprender de su ejemplo”.

Breve biografía

El padre Antonio Gabrieli, hijo Paolo y Patroni Maria, nació el 13 de julio de 1948 en Darfo, Brescia (Italia). Realizó el noviciado con los misioneros de la Consolata, realizando su profesión religiosa el 02 de octubre de 1968. Ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1973, vivió sus primeros años de misión en Italia, como formador en Gambettolla y Bedizzole, y en la Animación vocacional en Poto San Giorgio. Regresaría a Roma, entre 1993 y 1999, como Consejero General de los Misioneros de la Consolata.

Los otros 36 años de misionero los vivió en Argentina, “mí tierra, que llevo en el corazón”, como expresó en 2023 al cumplir 50 años de sacerdocio. De 1983 a 1993 y después de 2000 a 2025 estuvo como párroco, vicario, formador, maestro de novicios, superior de comunidades, consejero y superior regional en diversas misiones a lo largo de casi cuatro décadas: San Francisco, Martín Coronado, Jujuy, Mendoza, Yuto, Merlo y Buenos Aires.

Padre Antonio Gabrieli con grupo de misioneros de la Consolata en Asis

Falleció en Buenos Aires en la madrugada del 07 de febrero de 2025, a los 76 años, de los cuales 56 de profesión religiosa y 51 de sacerdocio. Fue sepultado en la tumba de los misioneros de la Consolata en Luján.

* Padre Julio Caldeira, IMC, misionero en Manaus, Brasil.

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