María,
de Nazareth, allá me gusta recordarte,
en lo cotidiano,
en el trabajo y el cuidado,
en el hogar y en la familia.
Por Andrés García *
María,
de Galilea, de la región de los marginados,
donde conviven el judío y el pagano,
donde el inmigrante encuentra lugar,
donde la periferia se vuelve centro.
María,
de Caná, en la plaza del pueblo,
compartiendo el gozo de la fiesta,
comprometida por la dignidad y el gozo de las personas,
confiada en la misión de tu hijo,
luz para los que buscan consuelo.
María,
del magníficat, exultante de gozo,
porque Dios libera a su pueblo,
porque levanta de la basura al pobre y derriba del trono a los poderosos,
porque dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes,
porque despide a los ricos con las manos vacías y colma de bienes a los pobres…
María,
la del sí, obediente, disponible,
contemplativa de Dios y de la humanidad,
comprometida con el proyecto de Dios,
comprometida con el anhelo de la humanidad,
abrazando a tu hijo en el gozo y en la cruz,
limpiando su sangre en el pesebre y a los pies de la cruz.
María,
la del cenáculo, orante, confiada,
sosteniendo la fe de los apóstoles,
ayudándolos a liberarse del dolor de la culpa,
esperando con ellos la gracia de comprender,
esperando con ellos al Espíritu Santo,
esperando con ellos al Resucitado…
María,
Consolada y deseosa de ofrecer el consuelo,
Enseñas el camino con tu sí,
enseñas el camino con tu escucha y tu compromiso
enseñas el camino compartiendo la misión
enseñas el camino invitando a hacer lo que tu hijo nos diga,
María,
Madre y Maestra,
Fundadora de familias misioneras,
ternura, delicadeza, modelo de fraternidad,
fuente de esperanza y de consuelo.
Mujer fuerte, que da fortaleza a tu hijo y a su iglesia.
María, mujer de paz,
sin fronteras, sin exclusiones,
con preferencia por los últimos, por los vulnerables,
transformadora del ambiente,
comprometida con el desarrollo sostenible,
tierra fértil, en el seno de la madre tierra,
implicada en la justicia que devuelve la paz
…
María,
misterio de Amor y de Vida,
de reconciliación y de encuentro,
encuentro admirable de humanidad y de divinidad.
María.
Feliz fiesta de la Consolata
- Padre padre Andrés García, IMC, misionero en Venezuela.
