La riqueza etnocultural de los pueblos indígenas amazónicos

“La sociedad panamazónica es pluriétnica, pluricultural y plurirreligiosa. En ella se está intensificando, cada vez más, la disputa para la ocupación del territorio. Las poblaciones tradicionales de la región quieren que sus territorios sean reconocidos y legalizados” (Documento de Aparecida,n.86)

Por Julio Caldeira

La Amazonía comprende más de 7,5 millones de km2, que se reparten en 9 países de los 12 que conforman Sudamérica: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela. Erróneamente es considerada por muchos como un lugar de grande vacío demográfico a ser ocupado. En realidad, tiene una importancia vital para todo el planeta por su diversidad humana, cultural y natural, y por la expresión de la creación de Dios que representa.

Según la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), los indígenas amazónicos son aproximadamente 3 millones, divididos en 390 pueblos, hablando 240 lenguas vivas y pertenecientes a 49 familias lingüísticas. De estos alrededor de 137 pueblos viven en aislamiento voluntario o no fueron contactados. Algunos estudios defienden que los indígenas habitan la Amazonía a más de 20.000 años, desarrollando un verdadero estilo de vida integrados a la dinámica de vida amazónica.

Cuando llegaron los colonizadores europeos en el siglo XV estimase que había alrededor de 6,8 millones de indígenas, que sufrieron con la persecución, esclavitud y enfermedades que diezmó a pueblos enteros, como los “omaguas” (que habitaban las riberas del Amazonas de Brasil, Colombia, Perú y Ecuador).

Debemos reconocer que todavía sufren las consecuencias de la colonización, de su integración a las naciones actuales y de los periodos de explotación del caucho y de minerales, donde muchos indígenas fueron forzados a adoptar un estilo de vida sedentario, perdiendo su estilo de vida tradicional y sus territorios, convirtiéndose en “campesinos”.

Actualmente también sufren el impacto de la deforestación (que ya pasa del 25%) y por el cambio climático que afecta este bioma. Siendo la mayor provincia mineral del planeta, la Amazonía es asediada y cada vez más presionada por intereses extractivos de empresas transnacionales y gobiernos; además de la expansión de las fronteras agrícola y ganadera, explotación de maderas, monocultivos, contaminación, conflictos internos, desplazamiento forzado, mega proyectos hidroeléctricos y extractivos, violación de derechos humanos y un largo etc.

RESISTENCIA Y DESAFÍOS

En su proceso histórico, los pueblos indígenas amazónico son reconocidos por su resistencia silenciosa, que mantiene viva su cultura y tradiciones. La lucha por el reconocimiento de sus tradiciones y culturas por parte de muchas organizaciones indígenas, llevó a que la mayoría de los Estados reconocieran en sus Constituciones los derechos históricos de los pueblos indígenas. Pero esta lucha está apenas comenzando.

Mismo que muchos indígenas tuvieran demarcadas sus territorios y viven en sus resguardos, comunidades o tierras indígenas, hay muchos todavía que esperan que las políticas de los Estados salgan del papel y que reconozcan sus derechos constitucionales a organizarse según su cultura, espiritualidad y su territorio, a tener educación, salud, etc.

Para el indígena amazónico el mundo espiritual es la base de su vivencia, teniendo al chamán (que conoce acerca de las plantas y animales locales) como figura clave, pues es él quien puede mantener la armonía entre este mundo y el otro. Es justamente esta armonía con la naturaleza, con las personas y con el Transcendente que dan sentido a su vida y los mantienen firmes desde las diferencias culturales provenientes de su propia lengua, música, manifestaciones etnográficas, tradiciones milenarias, mitología y conocimientos médicos naturales, que mucho tienen a enseñar a los no-indígenas.

Debemos aprender a vivir en medio a la diversidad, donde “nada permanece y todo se transforma” desde las dinámicas propias de cada grupo étnico y el ritmo en que caminan. Para esto son importantes algunas actitudes, como el diálogo, el conocimiento mutuo y la complementariedad armónica entre las personas y la naturaleza. En este contexto, las organizaciones, instituciones, ONGs y las iglesias asumen un papel importante: ser partícipes respetosos de este proceso que llevan los pueblos indígenas. De manera particular, la Iglesia Católica tiene el desafío de continuar su presencia, promoviendo la interculturalidad y trabajando para “fortalecer el rostro amazónico” e indígena de la Iglesia (cf. Papa Francisco a los obispos, 27/07/2013).

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