Trabajan o estudian en el Continente América 239 misioneros de la Consolata (106 africanos; 93 latinoamericanos, 38 europeos, 2 asiáticos). Son 185 sacerdotes; 5 obispos; 5 hermanos; 4 diáconos; 37 estudiantes profesos. Los novicios este año son 3.
Por Jaime C. Patias *
En el XIV Capítulo General participan 41 misioneros: de los cuales 10 representan las 5 circunscripciones IMC del Continente América (3 superiores y 7 delegados capitulares). Los informes de las circunscripciones compartidos en la asamblea capitular revelan las opciones y servicios del Instituto en el Continente: Amazonia, Pueblos Indígenas, Pastoral Afro, Pastoral Urbana, Periferias Urbanas y Existenciales, Educación y Migrantes; Formación de base y continua, Animación Misionera Juvenil Vocacional (AMJV), Economía para la misión, Educación y Comunicación. También indicó como valores transversales: Justicia y Paz, Cuidado de la Creación (JPIC), Diálogo Interreligioso y Pedagogía del Cuidado. Trabajo en común con las Misioneras de la Consolata y Laicos Misioneros de la Consolata. El Proyecto Misionero Continental (PMC) tenía por finalidad compartir el camino de continentalidad y orientar la vida y la misión del Instituto en el Continente.
Consejo Continental (CC) América
Somos una familia multicultural e internacional de 908 misioneros provenientes de 30 países y trabajando en 29 países de cuatro continentes con dinámicas distintas. En el Continente América, a lo largo de los años el Consejo Continental (CC) se ha consolidado como un instrumento de comunión dentro del Continente entre las circunscripciones y entre el Continente y la Dirección General. Aunque no siempre ha tenido éxito, el CC trata de llevar adelante su principal competencia: “pensar, discernir, programar y valorar todo lo que concierne a la misión en el Continente y colaborar activamente en el acompañamiento de los misioneros” (XIII CG 166; Cf. 167-169).
A pesar de los cambios de algunos miembros del CC, en las elecciones de 2019 y 2022, en general el grupo ha logrado caminar con espíritu de continentalidad, sinodalidad y subsidiaridad, coordinando e animando las diversas actividades programadas. Se valora la unidad del equipo y el hecho de haber sido bastante propositivo, atento a acoger las propuestas de los miembros. La diversidad de visiones al interior del CC fue enriquecedora, acogida con respeto y complementariedad, buscando siempre el modo de contribuir para el bien de todos.
Algunos datos históricos
El Instituto está presente en el Continente desde 1937, es decir, desde hace 86 años. El Padre Giovanni Batista Bisio llegó en Brasil, San Manuel en 1937; después el Instituto se expandió en Argentina, Rosario, 1946; Estados Unidos, Sacramento – California, 1946; Canadá – Siox Lookout, 1947; Colombia, Bogotá, Magdalena medio, Caquetá, 1947; Boa Vista, Roraima – Brasil, 1948; Venezuela, 1970; Ecuador, 1992; México – Guadalajara y Tuxtla Gutiérrez, 2008; Perú – Soplin Vargas, 2010.
Actualmente el Instituto en el Continente está organizado en cinco circunscripciones: las regiones Argentina, Brasil, Colombia (Ecuador y Perú), y Delegación de Venezuela y DCMS (Canadá, Estados Unidos y México) con un total de 63 comunidades IMC.
En mayo de 2023 se registran 239 misioneros (en 2017 eran 265) trabajando o estudian en el Continente (106 africanos; 93 americanos, 38 europeos, 2 asiáticos). Son 185 sacerdotes; 5 obispos; 5 hermanos; 4 diáconos; 37 estudiantes profesos: (7 Buenos Aires, 7 Bogotá, 7 Medellín, 16 São Paulo). Los novicios en el Noviciado Continental de Manaos son 3.
Originarios del Continente América tenemos 131 misioneros (2017 eran 152); 118 sacerdotes; 5 obispos; 2 hermanos; 7 estudiantes profesos: 93 trabajan en América (2017=106): 22 en Europa (2017=15); 10 en África (2017=28) y 2 en Asia; 4 fuera de comunidad.
En el sexenio, en general se señala el esfuerzo para el cumplimiento con lo programado de forma puntual. El CC realizó 26 reuniones, entre los cuales apenas 7 fueron presenciales y con en media 5 días de duración (Octubre 2017 en Mendoza; Marzo 2018 en Bogotá; Diciembre 2018 en São Paulo; Mayo 2019 en Montreal; Enero 2020 en Caracas; Octubre 2022 en Bogotá; Enero 2023 en Buenos Aires). Los encuentros online han sido más frecuentes a partir de la pandemia de Covid19 y se revelaron una gran herramienta para facilitar la participación. Todos los temas tratados y decisiones tomadas fueron registrados en actas y después compartidos entre los miembros y con la DG.
A pesar de no tener fuerza jurídica se valora la experiencia de continentalidad vivida en los últimos años como un instrumento que ha fomentado un mayor espíritu de unidad y subsidiariedad.
La continentalidad
En cuanto a la continentalidad, en general, está presente más o menos en todas las circunscripciones. Muchos misioneros, especialmente los que forman parte de las comisiones creen en la continentalidad y son muy activos porque conocen su importancia. Otros desconocen el trabajo del CC y de las Comisiones, conocen más su comunidad, su circunscripción y la DG. Algunos no participan porque no han comprendido o no están convencidos de su valor para la contextualización y cualificación de la misión. Luego hay un grupo que rechaza la propuesta. Algunos hablan abiertamente, otros no revelan lo que piensan. Esta posición, en cierto modo, bloquea el proceso, pero no puede condicionarnos. Debemos avanzar con reflexión, discernimiento y determinación. Organizar una estrategia de comunicación clara y unificada para una mayor sensibilización.
También debemos reconocer nuestras resistencias y aceptar caminos diversificados en contextos continentales diferentes. En un Instituto internacional y multicultural es normal que el concepto de continentalidad no sea entendido por todos de la misma manera. Lo mismo ocurre con la misión ad gentes donde también no hay consenso. A pesar de crear ciertas dificultades para abrazarlo con convicción, eso no debe bloquear el camino que el Instituto lleva recorriendo hace más de 20 años.
A pesar de algunas fragilidades se constata que en nuestro Instituto existe vida y misión. Eso se percibe en el gran número de jóvenes en nuestras comunidades formativas, en los misioneros viviendo con entusiasmo su vocación, en la experiencia de vida de los misioneros mayores y en la formación continua en los proyectos misioneros. Por lo tanto, si por un lado nos preocupan algunas situaciones, por otro lado nos alegra mucho ver tantos misioneros bien identificados con el Instituto e donándose generosamente en la misión. Todo eso nos hace creer en el presente y soñar con el futuro del Instituto.
En síntesis, este sexenio fue un tiempo de gracia, crecimiento y bendiciones. Ciertamente no faltaron limitaciones y dificultades. Concluyendo este recorrido, al mismo tiempo que pedimos perdón por los posibles errores e incomprensiones, podemos decir agradecido ¡Alabado sea Dios por todo!
* Padre Jaime C. Patias, IMC, Consejero General para América