El grupo Portugal de los Misioneros de la Consolata perteneciente a la Región Europa asumió el desafío de sumarse a la Iglesia Universal en el gran acontecimiento juvenil denominado Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
*Oscar Medina
La experiencia inició con la pre jornada, la cual generalmente se desarrolla una semana antes a la inauguración de la JMJ. Los Misioneros de la Consolata de Portugal organizaron esta pre jornada en Fátima, a pocas cuadras del Santuario dedicado a la Madre de Dios.
Allí, en el Centro de Animación Misionera, se reunieron al rededor de 80 jóvenes provenientes de distintos países entre ellos Colombia, Argentina, Brasil, Venezuela, Eswatini, Portugal, Kenya, Congo, Tanzania e Italia.
El espíritu que reunió a estos jóvenes fue el de la misión ad gentes y el de la consolación. De hecho fue denominada la pre jornada “Consolata”. Distintas lenguas y culturas pero un mismo espíritu.
Cada uno de los cinco días dispuestos fueron organizados de tal manera que los jóvenes pudieran entrar en contacto con el misterios y la gracia del milagro de Fátima a través de la peregrinación, un retiro espiritual, una visita a cuatro casas de adultos mayores, oración matutina, celebración eucarística diaria en distintos idiomas y “toques” culturales, dinámicas de integración, visitas turísticas y disponibilidad.
Rumbo a Lisboa
Terminada la pre jornada en Fátima, todo el grupo de 80 jóvenes se desplazaron hacía la ciudad de Lisboa donde se encontraron con el resto de peregrinos de la Consolata venidos desde Italia, Estados Unidos y el mismo Portugal, llegando a ser un grupo de 140 personas aproximadamente.
De esta manera esta “levadura Consolata” se agrega a la gran masa de 354.000 peregrinos presentes en Lisboa. El festival y el testimonio de fe joven continúa, como bien lo ha dicho el Papa Francisco: “La Iglesia necesita a los jóvenes para no envejecer”.
P. Oscar Medina, Misionero de la Consolata de la Región Colombia
