El desarrollo de la misión Ad-Gentes en el Beato José Allamano no fue fruto de improvisación, sino el resultado de un conjunto de muchos elementos. Tuvo que superar muchas dificultades e incongruencias de su tiempo, pero tenía la mirada alzada en Jesucristo quien invita a sus discípulos de cada generación a trascender las propias fronteras para pregonar la novedad que se da en Él.
Por Lawrence Ssimbwa *
Es cierto que cualquier obra necesita inspiración e inspiradores. La misión Ad-Gentes en José Allamano fue inspirada por varios modelos misioneros. Conoció los modelos de la misión en salida tanto por contacto personal como por escritos. San José Cafasso fue el primer modelo significativo de José Allamano. El Espíritu misionero de este santo se encuentra en el sentido de la catolicidad, es decir, el espíritu misionero de moverse hacia todos con un celo apostólico incansable. San Juan Bosco no dejó de inspirar al Beato José Allamano. Él pasó como alumno por el oratorio de este santo. Además, observaba las expediciones misioneras que salían con tanta solemnidad de Turín hacia las misiones. Esos envío dejaron mucha inspiración en el ser misionero del Beato José Allamano.
El canónigo José Ortalda (1814-1880) quien fue director de la propagación de la fe en Turín no dejó de inspirar misioneramente a José Allamano. Era un sacerdote repleto de gran creatividad y espíritu misionero. Promovió muchas publicaciones, exposiciones y loterías con el fin de animar misioneramente a la Iglesia local de Turín. Desde 1851 hasta 1880, hizo una fuerte animación misionera y en ese tiempo, Turín y el Piemonte, se convirtieron en un gran centro de irradiación de la idea misionera que influyó sin duda en la formación de José Allamano. A él se suma al Cardenal Guillermo Massaia quien no sólo fue su modelo misionero, sino tambien le dio una idea acerca de la misión en África, pues él había desempeñado su apostolado por 33 años en Kaffa (Etiopia). José Allamano lo había conocido cuando todavía estaba estudiando en el oratorio de Juan Bosco. Solía seguir con frecuencia todas las noticias sobre él y su misión en Etiopía a través de sus escritos. Posteriormente lo visitó en Roma cuando regresó de Etiopía con el motivo de empaparse de la realidad de la misión etiópica donde sus futuros misioneros se irían para la misión Ad-Gentes.
El Beato José Allamano en caridad de padre de misioneros y misioneras de la Consolata, dio algunas recomendaciones para el éxito de la misión en salida. A continuación, se mencionan algunas de ellas:
INTERÉS Y CARIÑO POR LA CULTURA
Una de las recomendaciones de José Allamano para el éxito de la misión Ad-Gentes es la preocupación por la cultura del pueblo al que son enviados los misioneros y misioneras de la Consolata. Vale notar que la cultura tiene que ver con el conjunto de sentidos y significaciones que informan la vida de un pueblo. Si la cultura no está tenida en cuenta, la evangelización se vuelve sosa, si es ignorada, el evangelio se vuelve ajeno a la población. Si hay desprecio de la cultura del pueblo, seguramente el Evangelio, que es una Buena Noticia, pierde sus contornos y sólo es percibido como una noticia entre tantas. El Beato José Allamano exhortaba a sus hijos e hijas a no ignorar la cultura de los pueblos donde eran enviados. Les invitaba a comprender el núcleo de la cultura que se manifestaba en las costumbres, los dichos diarios, los valores, entre otros. La comprensión de la cultura siempre ayuda a tener en cuenta la dimensión social de la gente. El acercamiento a la realidad social visualiza la realidad pastoral, las necesidades de la comunidad y sirve de incentivo para formular las respuestas a los problemas encontrados. Por eso, no se puede ignorar la parte cultural de la comunidad a donde los misioneros y misioneras son enviados.
ESTUDIO DE IDIOMAS
Es común que los misioneros y misioneras sean enviados a los lugares con idiomas y culturas diferentes a los propios. Frente a eso, el Beato José Allamano tiene algo para decirles: “les recomiendo en particular el estudio y práctica de los idiomas, para poder hablar y comunicar con la gente” (José Allamano, Así los quiero, p. 92). Insistía en el estudio de lenguas porque siempre es una condición para la comprensión de la cultura y la vida concreta del pueblo al que se es enviado.
CONTRA LOS APEGOS
José Allamano exhortaba a los misioneros y misioneras a tener en cuenta los elementos que podían ser obstáculos para responder afirmativamente a la vocación Ad Gentes: los apegos. En su pedagogía misionera, siempre les invitaba a adoptar la actitud de desapego. Los apegos son lazos en el mundo propio que crean dificultad para movernos más allá de nuestras fronteras. La pedagogía misionera de José Allamano llama a relativizar esos apegos que a veces aparecen imprescindibles en nuestras vidas: apegos a la familia, a la propia cultura, a las comodidades, a la propia voluntad, entre otros. Sabemos que no es nada fácil realizar eso, pero el desapego a esas realidades es una forma de renuncia exigida para llevar a cabo la misión en salida.
LA SANTIDAD
El Beato José Allamano propuso la santidad como criterio importante para realizar exitosamente la misión en salida. Su famoso frase dice todo: “primero nuestra santificación, luego la conversión de los demás. Misioneros y misioneras, sí, pero santos” (José Allamano, Así los quiero, p. 40). La santidad que quiere que acompañe a los misioneros y las misioneras de la Consolata tiene que ver con hacer bien las cosas de manera superlativa. La santidad hace que la gente pueda ver a Jesús en la vivencia de los misioneros: “El que me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14,9). Por medio del testimonio de quienes evangelizan, se provoca la conversión en la gente, pues cuanto más íntima sea la amistad con Jesús, tanto más se puede esperar en la intervención de su gracia.
CONCLUSIÓN
La misión Ad Gentes es el carisma que los misioneros y misioneras de la Consolata recibimos y heredamos del Beato José Allamano, nuestro padre fundador. Se manifiesta con constancia ese espíritu allamaniano a través de la entrega de misioneros y misioneras dispersos por varios países del mundo. Pues, la misión en salida constituye nuestra identidad porque somos consagrados para la evangelización de los pueblos.
* P. Lawrence Ssimbwa, imc, es misionero en Buenaventura (Colombia)