Los misioneros de la Consolata del Grupo México hemos estado de Ejercicios Espirituales del 13 al 17 de febrero de 2023 en Chiquilistlán, a 160 km de nuestra comunidad de San Antonio Juanacaxtle, en el Estado de Jalisco.
Por Ramón Lázaro *
El Padre Peter Ssekajugo, superior de la Delegación, ha venido desde New Jersey para acompañarnos en este momento de encuentro con Dios, de fraternidad y de acción de gracias por la vida misionera. El lugar donde hemos ido ha sido un auténtico descubrimiento para todos porque todo invitaba a estar en comunión con la naturaleza y a dar gracias a Dios.
En un primer momento, hemos compartido de dónde veníamos cada uno, qué momento estaban viviendo las dos comunidades y también nos hemos puesto en comunión con la Asamblea Precapitular Continental de América que se reunía también en estos días.
La figura de nuestro Beato Fundador ha estado muy presente en estos días al coincidir con su triduo y su fiesta. El Padre Peter nos ha invitado con sus reflexiones a ir a las periferias desde unas motivaciones teologales, cristológicas y misioneras. En un segundo momento, ha desarrollado la frontera de las personas migrantes como una interpelación muy concreta que nos hace la realidad a nuestro Grupo México. Ha sido enriquecedor también la plática que hemos tenido para profundizar el discernimiento que había sido hecho el año pasado durante la visita canónica con vistas a una posible tercera presencia en el país.
A continuación, nos ha espoleado a profundizar nuestra vida consagrada que nació en su origen como añoranza de la persecución que seguían los cristianos y que se sentían identificados con los sufrimientos de Nuestro Señor y que acabó cuando el cristianismo se convirtió en la religión del imperio y hubo ese movimiento profético y carismático de algunas personas que se sentían llamadas a una consagración explícita al Señor.
En un cuarto momento, ha motivado la Animación Misionera, Juvenil y Vocacional desde el acompañamiento de Moisés y Aarón al pueblo de Israel cuando fue liberado y caminaba migrante por el desierto. Así, ha conectado teologalmente la AMJV con la pastoral inmigrante. También hemos tenido una plática interesante contribuyendo cada uno con las condiciones que podrían cualificar nuestra pastoral vocacional.
En un quinto momento hemos profundizado la calidad de nuestra vida comunitaria aun sabiendo que ha mejorado mucho este aspecto en nuestro Grupo. Finalmente, hemos concluido con una reflexión sobre nuestra vocación y sobre esa llamada radical que cada uno de nosotros sintió en algún momento de su vida para consagrarse a Dios en la misión ad gentes.
Durante estos días, la mayoría de los misioneros ha podido recibir los cuidados de una masajista profesional con lo que no sólo ha sido restaurada la vocación y la espiritualidad de los misioneros sino también su salud corporal. Somos una unidad y hay que prestar atención a toda la persona de forma integral.
El día 16 no sólo fue la fiesta del Beato José Allamano sino también el cumpleaños de nuestro hermano, el Padre Patrick Waiganjo, que fue celebrado con sencillez y fraternidad teniendo la ocasión de conocer las cascadas de Comala que estaban a diez minutos de donde nos alojábamos.
La última eucaristía la compartimos con las personas que estuvieron dedicadas a nosotros durante los cinco días. Fue un momento bonito de agradecimiento y de valoración de su servicio en un paraje incomparable: La cabaña de Don Roge.
Damos gracias a Dios y al Padre Peter Ssekajugo por estos días y regresamos a nuestras comunidades y servicios misioneros renovados para afrontar este tiempo cuaresmal que ya está llamando a la puerta. Porque unos buenos Ejercicios Espirituales son los que son capaces de producir cambios en nosotros y nos conducen a una acción más profética, evangélica y misionera.
* Padre Ramón Lázaro, IMC, misionero español en México.