El Papa Francisco ha recibido una invitación formal para visitar Mongolia dos días antes del consistorio, por manos de una delegación que representará al gobierno del país en la ceremonia en la que Mons. Giorgio Marengo recibirá el título de cardenal. A continuación, el mensaje que monseñor Giorgio envió a su iglesia.
Carta a los cristianos de Mongolia
Queridos hermanos y hermanas de la Prefectura Apostólica, queridos misioneros, con gran alegría os informo de que el miércoles 24 de agosto, el Santo Padre recibió en audiencia especial a una delegación procedente de Mongolia y encabezada por el ex presidente, Su Excelencia N. Enkhbayar, junto con el viceministro de Asuntos Exteriores, B. Munkhjin y el asesor del presidente G. Amartuvshin. Durante la audiencia, Su Excelencia N. Enkhbayar entregó formalmente la invitación del Presidente U. Khürelsükh al Papa Francisco para visitar la Mongolia. El Santo Padre expresó un gran interés en la propuesta y dijo que tiene la intención de realizar este viaje, de acuerdo también a sus condiciones de salud y a los compromisos ya programados.
Como pueden comprender, se trata de un momento histórico para las relaciones entre Mongolia y la Santa Sede, para el país y, en particular, para nuestra pequeña comunidad católica. La ocasión fue muy especial y estuvo marcada por una gran cordialidad y respeto. Se recordó varias veces la larga historia de las relaciones entre los pontífices romanos y los emperadores mongoles, así como las antiguas raíces del cristianismo en nuestra tierra y la fructífera cooperación entre las distintas tradiciones religiosas.
Me complace informarles de este bonito acontecimiento que ha tenido lugar en el Vaticano, pocos días antes del Consistorio en el que también participará esta delegación oficial del Gobierno, deseosa de estar presente en el rito en el que el Papa me conferirá el título de Cardenal. Damos gracias al Señor por este acontecimiento providencial e intensificamos nuestras oraciones por el Santo Padre y por la Mongolia. El pequeño grupo de representantes de la Prefectura Apostólica ha llegado a Roma y nos estamos preparando para la celebración del 27 de agosto. Unidos en la oración, acuérdense de rezar por mí, y los bendigo a todos de corazón.
+ Mons. Giorgio Marengo