El drama de los desplazados internos en Cabo Delgado

En Cabo Delgado, muchos barcos con desplazados llegan al Puerto en el barrio de Paquitequete. Fotos: Edegard Júnior

Misionero comparte lo que está sucediendo en Cabo Delgado, norte de Mozambique. “Hace ya tres años que estamos enfrentando una guerra con muchas consecuencias”. Ya son más de 2.000 muertos y 600.000 desplazados por los ataques terroristas.

Por Edegard Silva Júnior *

El azul del Océano Índico que baña la provincia de Cabo Delgado, en Mozambique, es un hermoso paisaje. Hay lugares donde el agua del mar forma un “degradé” en varios tonos que encantan a nuestros ojos. Aún más hermoso cuando el azul del mar se une al azul del cielo… Pero toda esta belleza de la naturaleza, regalo de Dios, está siendo irrespetada desde octubre de 2017.

En Cabo Delgado hace ya tres años que estamos enfrentando una guerra con muchas consecuencias. Pemba, la capital de la provincia, es una ciudad portuaria y goza del título de ser la tercera bahía más grande del mundo. En esta bahía hemos presenciado, sobre todo estos días, escenas que nos tocan el corazón. En pequeños botes y sin ninguna protección, miles de personas llegan al puerto, huyendo de la violencia y de los ataques terroristas. Son “montones” de gente, cargadas con lo poco que pueden portar. La gente de la región busca ayuda y protección para sus vidas.

Conozca lo que está sucediendo en Cabo Delgado, norte de Mozambique, África.

Mons. Luiz Fernando Lisboa, obispo de Pemba visita refugio de desplazados de la guerra en Cabo Delgado.

El 21 de octubre, Mons. Luiz Fernando Lisboa, obispo de la diócesis de Pemba, estuvo en esta playa situada en el barrio de Paquitequete para acompañar la llegada de los barcos. El barrio de Paquitequete es el principal lugar de desembarco de los desplazados internos que llegan de los pueblos y comunidades. El cuadro es dramático. “Sólo hoy es el octavo barco en llegar. La situación ya era calamitosa y hoy no sé cómo clasificarla”, dice Mons. Luiz Fernando.

Esta realidad nos conmueve a todos. Hacemos lo que es posible. En este momento, la solidaridad es esencial para el apoyo humanitario en este contexto de guerra. La Diócesis de Pemba, a través de la Cáritas Diocesana, está desarrollando acciones de emergencia para aliviar un poco este dolor. En el momento del desembarco las “escenas” son muchas y nuestra mirada es incapaz de registrar el clamor que viene de tantos lados. El número de jóvenes entre los desplazados que se refugian en casas de parientes o conocidos es impresionante. Hay familias que acogen entre 20 y 30 personas en las pequeñas casas… Lo mismo ocurre en muchas otras ciudades de la región, especialmente en el Distrito de Metuge, uno de los mayores campos de desplazados por la guerra.

Los cristianos y las personas de buena voluntad deben estar presentes en estos lugares. Puede ser que en ese momento no tengamos ni palabras. Tal vez el verso de la poesía exprese este momento: “Como no sé rezar, sólo quería mostrar mi mirada, mi mirada”.

Necesitamos dar a conocer esta guerra en otras partes del mundo y organizar acciones de solidaridad para salvar vidas. También debemos elevar a Dios nuestra oración por el fin de la guerra y por la paz en Cabo Delgado. La Diócesis de Pemba tiene muchos amigos en muchas partes del mundo. Les pedimos de difundir entre sus contactos esta triste realidad que estamos viviendo.

La situación en los refugios es muy triste y cruel. La situación en la que cada familia “vive” es muy precaria. Hay personas que duermen en un espacio protegido sólo con una red “mosquitero”. Es bueno saber que estamos en una época en la que el sol es muy fuerte. Cualquiera que pueda hacer una donación en este momento es de suma importancia. La Diócesis de Pemba tiene cuentas bancarias en euros, dólares y reales. En este momento necesitamos este gesto de solidaridad. ¡Cabo Delgado quiere la paz!

* Edegard Silva Júnior es un misionero Saletino brasileño y trabaja en la misión de Muidumbe en la diócesis de Pemba.

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