El Beato Allamano y la Novena de la Consolata

La Vírgen Consolata e el Beato Allamano

La novena consiste en orar durante nueve días consecutivos para confiarle una intención a Dios o pedirle una gracia especial a través de la intercesión de la Virgen María o de otros santos.

Por Lawrence Ssimbwa *

Este tiempo nos permite dedicarnos más a la oración con el fin de poner una situación difícil a los pies del Señor, confiarle con devoción una intención particular, preparar nuestros corazones para recibir sus gracias, y acoger al Espíritu Santo para que nos ayude a discernir la voluntad de Dios en nuestra vida.

El Beato Allamano y la Novena de la Consolata

La fiesta de la Consolata se celebra el 20 de junio de cada año, y es siempre precedida por su propria novena. Para los misioneros y las misioneras de la Consolata, la novena tiene un valor inestimable. Al respecto el Beato José Allamano dice: “Cuando comienza la novena en preparación a la fiesta de la Consolata, les haría una ofensa recordarles que deben hacerla bien. ¡Basta saber que nos acercamos a festejar a nuestra querida Madre para que esté todo dicho!” (Así los quiero, n. 159).

Para el Beato José Allamano entonces la novena es un tiempo de preparación especial con el fin de celebrar dignamente la fiesta de la Patrona de las dos comunidades misioneras que él fundó. Sobre la trascendencia de la preparación espiritual, aclara el Beato José Allamano: “Para nosotros, hijos e hijas predilectos de la Consolata, ¿es importante está fiesta? ¡Es todo! No, no quiero decirles que deben prepararse; estoy seguro de que todos están bien dispuestos para hacer bien la novena y celebrar con entusiasmo la fiesta. ¡El corazón nos dice lo que hay que hacer por una madre!” (Así los quiero, n. 159).

La Novena de la Consolata particularmente de los misioneros y las misioneras de la Consolata y esa es la razón principal para celebrarlas con esmero. Acerca de eso aclara el Beato José Allamano: “Si celebramos con intensidad de amor todas las fiestas de la Virgen, con cuanta más razón ésta que es nuestra fiesta, es decir nos pertenece de modo particular” (Así los quiero, n. 159).  La fiesta de la Consolata y su novena debe ser celebrada con mucha importancia y honor porque es la que caracteriza de forma particular a los misioneros y misioneras de la Consolata.

El Santuário de la Consolata en Turín. Foto: Álvaro Pacheco
La Novena a la espera de la canonización del Beato Allamano

La novena de la Consolata de 2024 es particularmente significativa porque acontece en un año en el que la Santa Sede anunció el reconocimiento del milagro de la curación del indígena Sorino Yanomami por la intercesión del Beato José Allamano.

Este anuncio fue la alegría más grande de los misioneros y las misioneras de la Consolata en los últimos años. Tal vez la Novena de 2024 será la última en la que se haga referencia a José Allamano como Beato; probablemente la de 2025 lo encuentre ya canonizado y venerado en toda la Iglesia como santo. Por eso, la Novena de este año es sobretodo un momento de agradecimiento al Señor por la santidad del José Allamano que anima a los evangelizadores en su labor de distribuir a toda la humanidad el buen sabor y la alegría del Evangelio.

Conclusión

Esa noticia que se ha estado esperando por muchos años, alegró a incontables personas, sobretodo a los misioneros y las misioneras de la Consolata dispersos en varios lugares del mundo. La santidad de José Allamano es un regalo inmenso tanto para nosotros de la Consolata, como para toda la Iglesia universal.

* Padre Lawrence Ssimbwa, IMC, párroco de San Martin de Porres en Buenaventura, Colombia.

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