El título completo de este artículo, ‘Encuentro intercultural misionero de la Consolata en el Centro de Misión y Culturas – CMC – José Allamano’, es todo un programa de teología y praxis de los Misioneros de la Consolata en la Región Colombia. Intentaré explicitarlo en breves párrafos.
Por Redacción *
Encuentro
Una categoría filosófica y antropológica al mismo tiempo que nos ha permitido convocar personas representativas de poblaciones y territorios diversos y reunirlas en un mismo espacio, durante tres días, desde la noche del viernes 7 de junio hasta el lunes 10 de junio.
Todos hijos de un encuentro humano, por lo tanto hermanos, nacidos para salir e ir al encuentro de los otros, iguales y diferentes. Nos califica a todos como naturalmente con-vocados (vocación) y enviados (misioneros).
Todos los participantes, acompañados por un coordinador general, Salvador Medina, un dinamizador permanente, Juan Gabriel Acosta y una articuladora minuciosa, Leidy Paola Paredes, fuimos convocados por el superior regional de los misioneros de la Consolata, por los párrocos y/o coordinadores de las diferentes opciones. Todos respondimos al llamado, salimos de nuestros espacios ordinarios, viajamos y nos encontramos, nos reconocimos, convivimos, interactuamos y al final nos despedimos para regresarnos a los lugares de procedencia.
Intercultural
Concepto antropológico que nos coloca en dinámica “inter”, nos recuerda que somos individuos, pero no solos, que existimos conectados por los hilos de las culturas que tejemos, en diferentes espacios o territorios, para convivir bien. Proviniendo de diferentes contextos culturales, entramos en esa dinámica “inter” que coloca las culturas en intercambio para el “buen vivir” de todos: intercambio de identidades y personalidades, de conocimientos actuales y sabidurías ancestrales, de bienes y productos, de rituales y espiritualidades, de normas y tradiciones, de usos y costumbres.
Durante tres días tejimos, con la dinámica intercultural, una nueva cultura mezclada con lágrimas de dolor convertido en sufrimiento por falta de reconocimiento, perdón, reconciliación y reparación, con catos de gratitud y de alegría, danzas y comidas de esperanza y utopía, eucaristía de mesa extendida e inculturada.
Misioneros de la Consolata
Institución u organización religiosa misionera, nacida en el Santuario de la Virgen Consolata, con su rector José Allamano como Fundador, en la ciudad de Turín, al norte de Italia, en 1901. Presente en Colombia desde 1947, habiendo entrado por el Puerto de Buenaventura un 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe. Providencial encuentro, aquel día, entre los descendientes de esa África que habitaba el corazón los Misioneros y que aquí los esperaba; entre la Consolata que acompañaba a los que desembarcaban y la Morenita del Tepeyac, Guadalupana, que aquí estaba. Diosidencia para el P. Ezio Roattino que aquí, en medio al Pueblo Nasa, del Cauca, se transfiguró en Pal Ezio Guadalupe Roattino.
Durante el encuentro constatamos algo que ya sabíamos porque, de alguna manera, lo habíamos vivido. Todos somos misioneros y la misión, en cada lugar o territorio, la realizamos entre todos: sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, laicos y laicas, casados y solteros, jóvenes, adultos, niños y ancianos. Cada uno colocado su granito de arena.
Pero la novedad estuvo en que, por primera vez, nos veíamos las caras todos juntos, nos reconocíamos de la Consolata y nos mirábamos tan diferentes y tan iguales, de tan lejos y tan cercanos que nos con-fundíamos en abrazos, nos consolábamos mutuamente, nos reíamos a carcajada libre y cantábamos soñando mientras orábamos en silencio. La alegría nos invadió y nos embriagó, hasta hacernos brotar lágrimas agradecidas, en la despedida.
Revive la eucaristía del Encuentro de Agentes Misioneros IMC haciendo clic aquí.
Nos comprometimos a sembrar la escarapela, repleta de semillas, a cultivar la plantica y ayudarla a crecer, manteniendo el grupo de WhatsApp y agendando desde este año, el próximo o los próximos encuentros, nacionales o zonales.
Llegamos indígenas, afrodescendientes, amazónicos, urbanos, padres y laicos. Salimos Misioneros de la Consolata, con rostros diferentes, ministerios diferentes y un solo carisma en el corazón, el mismo que nos transmitió el Padre, maestro y formador José Allamano. Nos reconocimos cuerpo y queremos continuar la misión interconectados y articulados sinodalmente, con “espíritu de cuerpo”.
Centro de Misión y Culturas José Allamano
Lugar nacido como Centro de Animación Misionera – CAM, en la década de los 70, para la animación misionera del la Iglesia colombiana, las iglesias particulares, las parroquias, grupos y movimientos, la vida consagrada, el mismo Instituto y la sociedad en general. Actualizado en su nombre, en los primeros años del nuevo siglo, como Centro de Misión y Culturas – CMC, para que buscará acompañar la reflexión y la formación misioneras. Actualmente alberga la Animación Misionera Juvenil y Vocacional – AMJV, la Comunicación regional y el Centro de Solidaridad Misionera – CESOMI.
Este encuentro se convirtió, entonces, en una renovada alianza entre: 1). la Dirección Regional, representada oficialmente por la presencia y participación activa e integral del P. Venanzio Mwangi, superior regional;
2). las Opciones misioneras ad gentes, representadas en los delgados participantes y los Padres Elias Libanda y Francis Shau, de Tanzania – África, coordinadores de la opción Afro, iluminada teóricamente por el profesor brasilero, Sandrio Candido; Calos Zuluaga de la opción indígena quien, además, la iluminó con su conferencia; Angelo Casadei de la amazónica, quien entró y nos saludó de paso hacia Bolivia para participar del XI Foro Social Panamazónico – FOSPA 2024 y Ruth Sánchez de la Federaciones de Mujeres de Sucumbios quien nos iluminó con su testimonio de más de 20 años construyendo la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos – ISAMIS, junto al Obispo carmelita Gonzalo López Marañón; Jairo Calderón, iluminador de la misión en las ciudades; 3). el CMC y la Casa Regional que cubrieron toda la logística; 4). CESOMI que financió y acompañó con la presencia y activa participación de Leidy Paola Paredes, coordinadora ejecutiva del mismo.
Celebramos esta nueva alianza e incluimos a los padres Leonel Narváez con sus propuestas de perdón y reconciliación y Francisco Pinilla con su esperanza en la pedagogía del cuidado allamaniano, para resucitar las montañas de huesos secos, sobre los que profetizo Ezequiel 37,4-7, llenándolos de vida.
* Equipo de comunicación, IMC región Colombia