Desde la Amazonía el día 27 de enero, con diversos sentimientos en los corazones de las personas que acompañaron, se celebró la Santa eucaristía de Exequias del Padre José María Córdoba Rojas en la Catedral Nuestra señora del Carmen de Puerto Leguízamo.
Todo el clero diocesano con su Obispo Monseñor Joaquín Humberto Pinzón, los Misioneros y Misioneras de la Consolata, las Hermanas Dominicas de la Presentación, Misioneros de San Juan Eudes, Familiares, amigos y fieles se reunieron en torno al altar para dar gracias por la vida y la presencia de este sacerdote amigo quien dedico su servicio y su vida ministerial a los pobres, necesitados y todo aquel ser humano con rostro amazónico.
Con canto de entrada y una solemne procesión se entronizó las cenizas del Padre José María Córdoba a la Catedral, donde el Obispo con sentidas palabras realizó un homenaje con la participación de los hermanos y demás familiares del sacerdote, pastores de algunas denominaciones cristianas y comunidad en general.
“Una persona que supo centrar su vida en Jesús, por ello vivía, enseñaba y soñaba al estilo de Jesús Maestro”, estas fueron las palabras de Monseñor Joaquín en la homilía de esta ceremonia para destacar los aspectos más significativos del querido sacerdote. También hizo énfasis en la sencillez que lo acompañó, de poco equipaje, un artista soñador, contento y buen anunciador de la Buena Nueva quién además despertó conciencia en su misión social. Así lo acotó.
Se finalizó el banquete eucarístico con el traslado de los despojos mortales del padre José María a la Capilla de San José en manos de sus hermanos, al llegar a la entrada del templo recibieron las cenizas el Padre Jair Idrobo y el Padre Francisco Pinilla, ambos Misioneros de la Consolata, quienes fueron los que lo recibieron en el año 2013 en el Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo solano, luego el cofre fue recibido por el Diácono Alejandro Charry y el Seminarista Jhon Eduar Orjuela quienes fueron los que lo introdujeron en el Osario para su cristiana sepultura.
Pedimos a Dios que le conceda la paz del cielo al padre José María Córdoba y que desde allí pueda ser luz para el camino misionero del Vicariato de Puerto Leguízamo y de toda nuestra querida Amazonía.
Fuente: Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo – Solano