En la catedral Nuestra Señora del Rosario de la diócesis de Merlo – Moreno, Argentina, el pasado 27 de octubre, los misioneros, misioneras, laicos y amigos de la Consolata realizaron una celebración Eucaristica en acción de gracias por la canonización de San José Allamano.
Por Johan Caviche Chaparro *
La misa fue presidida por el obispo Juan José Chaparro, CMF, y el obispo auxiliar Oscar Miñarro. Concelebraron sacerdotes de la Consolata y de la diócesis. Estaban presentes jóvenes de los hogares de Cristo (Jóvenes que están saliendo de situaciones de drogodependencia) y la comunidad parroquial en general.
Lleno de un espíritu de familia que se alegra por este gran acontecimiento marcado por la oración y una disposición para compartir la felicidad, la jornada comenzó con un momento de reflexión ante Jesús sacramentado junto con la oración del Rosario misionero; en seguida se celebró la Eucaristía, plena de símbolos y con espíritu misionero, y un gran fervor como Familia Misionera que celebra y agradece a Dios por el don de la santidad del Fundador.
En su homilía mons. Juan José Chaparro, hace referencia a datos biográficos de San José Allamano, en la cual hizo un pequeño recuento de los acontecimientos de la vida de nuestro Santo fundador, recordando fechas tales como el ingreso al seminario diocesano, la ordenación sacerdotal el 20 de septiembre de 1873 y su nombramiento como Rector del santuario de la Consolata en Turín, lugar donde nacen los misioneros y las misioneras de la Consolata. Afirmó que el Allamano, siendo consciente de la necesidad de una formación integral pide, en primer lugar , que trabajemos en la santificación de cada uno de nosotros, de modo que en pequeños actos, día tras día este proceso se pueda ir consolidando.
Padre Marcelo de Losa, Consejero Regional IMC y formador de la Comunidad Apostólica Formativa (CAF) Santo Cura Brochero, al final de la Eucaristía, comparte también algunas palabras, agradeciendo a Dios por el don de la santidad de José Allamano, “es una alegría para los misioneros y misioneras de la Consolata, que llevan más de 50 años de presencia en la diócesis; actualmente presente en la parroquia Santo Cura Brochero”.
“La pasión misionera de José Allamano comienza desde el momento que se convierte en formador y más tarde rector del Santuario de la Consolata. Es allí donde escucha la experiencia misionera del Cardenal Guillermo Massaia, en Etiopía, encendiendo su corazón y siguiendo su instinto, pide permiso para comenzar su labor formativa para la misión y envía hacia aquel País a sus primeros cuatro misioneros. Debido a la realidad política del momento, los misioneros fueron al Kenia en 1902 donde comenzó la obra misionera”, relata el padre Marcelo De Losa.
Nuestra CAF de Merlo, Moreno, Argentina, es una muestra del gran legado allamaniano para la Iglesia en el mundo ya que hay integrantes de muchos países donde se enraizó el proyecto del Instituto Misiones Consolata. De la tierra del primer sueño allamaniano, Etiopía, está con nosotros Estifanos Lemma Woldesenbet, también desde Kenia, integra nuestra CAF Zacharia Murithi Kithaka, Zacharia Odhiambo Makokha y Dennis Nyumu y el padre Romanus Shiveka, IMC, que también acompaña a la formación en la CAF.
Y así como en 1937, los misioneros de la Consolata llegan en Brasil (Continente de las Américas), la impronta evangelizadora americana está actualmente en nuestra CAF con presencia latinoamericana, desde Venezuela, Angel Custodio Barazarte Hernández y desde Colombia Johan Estiben Caviche Chaparro.
El Allamano siempre pensó en la familia misionera y esta celebración fue también en familia, ya que fueron parte de la acción de gracias por la canonización, el padre Guillermo Pinilla, IMC, de la comunidad de la Casa Regional, las hermanas Misioneras de la Consolata colombianas, Mary Moreno Moncada, Orlanda Serna Cifuentes, Rubi Sanchez y Rosy Fernadez, la Hermana keniata, Mónica Ongechi y la Hermana italiana, Providencia Neri, también el estudiante Jefter Emmanuel Adriano de Tanzania.
El formador de la CAF Cura Brochero, también hizo énfasis en que si bien el Allamano fundó los dos Institutos, no dejó de ser diocesano, estando así 42 años en el Santuario. Seguidamente dice que una de sus frases que más le gusta y que lo hace reflexionar es “ser extraordinario en lo ordinario”, y que esto es fundamental para un misionero.
Después de la eucaristía junto con los Misioneros, Hermanas Misioneras, laicos y amigos de la Consolata, se tuvo un ágape con los feligreses, clero y obispos que asistieron.
“Celebrar es rendir homenaje al Señor; cada celebración debe ser un encuentro vivo con Dios y una ocasión para fortalecer nuestro espíritu de misión”, nos dice San José Allamano. Y así cómo lo quería nuestro Santo Fundador fue un encuentro de amistad misionera, que invita a vivir la gratitud de ser una comunidad viva que, trabaja, reza y ¡Celebran juntos!
* Johan Caviche Chaparro es seminarista de la CAF Cura Brochero en Buenos Aires