Angola: 10 años de consolación, alegría y gratitud

Misa de acción de gracias en la parroquia de Santo Agostinho presidida por el Padre Sisto Elias, Superior de la Región de Mozambique y Angola. Fotos: Patrício Nunes

Los misioneros de la Consolata celebran con alegría y gratitud a Dios diez años de presencia en Angola (2014-2024).

Por Dani Romero *

En respuesta al XI Capítulo General de 2005, celebrado en São Paulo (Brasil), se abrieron nuevos caminos en el continente africano, con la apertura de una nueva presencia de misioneros de la Consolata en Angola. Fue el 1 de agosto de 2014 cuando los tres primeros misioneros, el P. Fredy Gómez (colombiano), el P. Dani Romero (venezolano) y el P. Sylvester Ogutu (keniano), llegaron a la Diócesis de Viana. Allí comenzaron su misión en la recién formada parroquia de San Agustín, ubicada en las afueras de Luanda, en el barrio de Capalanga.

Después de dos años, en 2016, se inició una segunda misión en la Diócesis de Caxito, en la zona campesina de Funda, donde comenzó la nueva parroquia de la Consolata. Deseosos de reafirmar el carisma ad-gentes de los misioneros de la Consolata, la misión más allá de las fronteras, en 2018 se inició una nueva aventura misionera en la Diócesis de Luena, en el este de Angola, precisamente en el remoto territorio de Luacano, con la creación de la parroquia de Santa María Madre di Dios.

Tres presencias en diez años de Consolación.

Estamos agradecidos a Dios por las maravillas de estos primeros 10 años de misión, por las alegrías y las tristezas, por los sueños y por la gran apertura y acogida del pueblo angoleño. La misión de la Consolata en Angola tiene como objetivo principal la evangelización y la promoción humana, ayudando a la consolidación de la Iglesia local, creando nuevas comunidades cristianas y acompañando a las familias y a los jóvenes.

Diez años de misión, diez años de consolación, diez años de evangelización.

El Beato José Allamano, fundador de los misioneros de la Consolata, animó siempre a sus hijos e hijas a elevar su entorno con la evangelización. Este ha sido uno de los grandes desafíos y tareas llevadas a cabo en los últimos años en Angola. Las actividades sociales y humanitarias más importantes de la misión en Angola incluyen el cuidado de los niños en estado de desnutrición, la capacitación y el empoderamiento de las mujeres con miras a su liberación, alfabetización y el acompañamiento a los jóvenes.

En 2014 iniciamos nuestra misión en Angola, durante el año dedicado al Beato José Allamano. Ahora, en 2024, al celebrar diez años de presencia, tenemos la grata noticia de la canonización de nuestro Fundador por parte del Papa Francisco en Roma el próximo 20 de octubre. Esta es una gran señal de que nuestro Fundador y nuestra Madre Consolata continúan bendiciendo, cuidando y protegiendo la misión y sus misioneros.

Esta alegría no es sólo nuestra, de los misioneros de la Consolata en Angola, sino de toda la Familia de la Consolata, que permanece fiel al carisma recibido del Espíritu Santo a través de la Consolata y del Beato José Allamano.

Diez años de misión, diez años de consolación, diez años de evangelización. Proseguimos nuestro camino con la misma fe, dedicación y amor que nos han acompañado hasta aquí, tratando cada vez más de anunciar el mensaje de esperanza y consuelo en todos los rincones de Angola.

Santa Misa de acción de gracias.

Los católicos de la Diócesis de Viana en Capalanga y de la Diócesis de Caxito en Funda se reunieron el domingo 4 de agosto de 2024 para celebrar, con alegría y gratitud a Dios, la década de presencia de los Misioneros de la Consolata en Angola.

La esperanza es que los Misioneros de la Consolata sigan llevando consolación, fe y amor.

La celebración de acción de gracias celebrada en la parroquia de San Agustín, en la Diócesis de Viana, fue presidida por el superior, P. Sisto Elias, que vino de Mozambique específicamente para representar a la Región de Mozambique y Angola. El subrayó la dedicación y del arduo trabajo de evangelización y promoción humana realizado por los misioneros en estos diez años.

En su homilía, el padre Sisto expresó su profunda gratitud al pueblo angoleño por acoger a los misioneros y caminar con ellos en esta misión de evangelización y promoción humana. resaltó los desafíos enfrentados y los resultados alcanzados, enfatizó sobre la importancia de la colaboración y el espíritu comunitario.

En la celebración estuvieron presentes los padres Fredy Gómez, Dani Romero, John Kyara y Douglas Getanda, puntos de referencia de la misión en Angola, y de la lejana misión de Luacano, los padres Fernando Chissano y Bernard Maina. Todo esto representa la continuidad y el compromiso del Instituto Misionero de la Consolata en el cumplimiento de su misión evangelizadora en esta tierra de Angola.

Momento de compartir y confraternizar

Después de la misa, hubo un momento de ágape fraterno, signo de comunión y espíritu de fraternidad que caracterizan a las comunidades católicas locales. Por la tarde, se llevaron a cabo actividades recreativas, como presentaciones de canto, eventos culturales y religiosos. Estas actividades no solo fueron una representación de las diversas realidades culturales de nuestras comunidades, sino que también fortalecieron los lazos de amistad y solidaridad entre todos los participantes.

Gracias y esperanza para el futuro

A la celebración también asistió un grupo de jóvenes voluntarios italianos del “Servicio Impegnarsi”, cuya participación subrayó el carácter internacional e intercultural de la misión de los Misioneros de la Consolata. La celebración del décimo aniversario fue una oportunidad para dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas y renovar el compromiso con la misión.

La comunidad expresó el ferviente deseo que la misión siga dando frutos en Capalanga, Funda y Luacano, pidiendo a Dios un aumento de las vocaciones misioneras. Este evento no fue solo una celebración del pasado, sino también una mirada al futuro con esperanza y determinación, con el gran deseo de fortalecer la presencia y el trabajo de los misioneros de la Consolata en Angola.

La esperanza es que la misión de los Misioneros de la Consolata siga prosperando, llevando consolación, fe y amor a las diversas comunidades. La celebración de estos diez años fue un evento significativo, pero también un recordar que aún queda mucho por hacer y muchas personas a las cuales debemos llevarles el Evangelio.

* Padre Dani Romero, IMC, misionero venezolano en Angola.

Contenido relacionado