La misericordia manifestada en el beato José Allamano

El aspecto de misericordia no está ausente en el ser y quehacer del Beato José Allamano. Todo el recorrido de su vida muestra que el fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata fue instrumento fiel de la misericordia de Dios.

Por P. Lawrence Ssimbwa *

La palabra misericordia tiene su origen en dos palabras del latín: miserere, que significa tener el corazón (cors) con los pobres (miser). Dicho de otro modo, es sentir afecto por los pobres, y trascenderse hacia los demás, olvidándose de ese modo de su persona.

En el sermón de la montana, Jesús aclara que los bienaventurados son los misericordiosos porque alcanzarán la misericordia (Mt 5, 7). Sobre este aspecto, San Juan Pablo II, explica que, “la Iglesia ve en estas palabras una llamada a la acción y se esfuerza por practicar misericordia (…) y el hombre alcanza el amor misericordioso de Dios, su misericordia en cuanto él mismo internamente se transforma en el espíritu de tal amor hacia el prójimo (Carta Encíclica Dives in Misericordia, p. 24). Pues, este proceso auténticamente evangélico no es solo una transformación espiritual realizada de una vez para siempre, sino que, construye todo el estilo de vida, una característica esencial y continua de la vocación cristiana.

A lo largo de la historia del cristianismo, muchos santos y beatos tradujeron eso en su vida. La misericordia no quedó como asunto teórico solo para predicarse, sino que la hicieron parte integral de su ser y misión. Ejemplos de ellos son innumerables, pero vale destacar a San Francisco de Asís, Santa Madre Teresa de Calcuta, San Juan Bosco, San Vicente De Paul, San Juan de la Cruz, San Martín de Porres, Beato José Allamano, Beata Irene Estefani Nyaatha, Beata Leonella Sgorbati, entre otros. Los santos y beatos mencionados mostraron cuál era el sentido último del amor cristiano al prójimo. Su testimonio indica que “la misericordia cristiana consiste en el fondo en encontrarse con Jesucristo en la persona sufriente” (Kasper, La misericordia, Clave del Evangelio y de la vida Cristiana, p.147).

LA MISERICORDIA EN EL BEATO JOSÉ ALLAMANO

El aspecto de misericordia no está ausente en el ser y quehacer del Beato José Allamano. Todo el recorrido de su vida muestra que el fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata fue instrumento fiel de la misericordia de Dios. Se dejó utilizar por Él para propagar su misericordia a los demás. Eso fue por la convicción que tenía de que la misericordia era la viga maestra que ha regido siempre la vida de la Iglesia y la de los cristianos.  A continuación, se presenta cómo la misericordia ha sido un pilar fundamental en la vida y la misión del Beato José Allamano.

LA FUNDACIÓN DEL INSTITUTO

 Para poder situar la centralidad de la misericordia en el Beato José Allamano, hay que tener en cuenta la fundación del Instituto de los Misioneros de la Consolata, es decir, las circunstancias por las cuales fue fundado. Es cierto que la fundación del Instituto de la Consolata para Misiones es fruto de la misericordia de Dios. Aunque en ningún lugar, ni en ningún escrito se menciona la palabra “misericordia” como elemento inspirador en su fundación, es muy claro que la preocupación del Beato José Allamano por aquellos hombres y mujeres que nunca habían tenido la oportunidad de conocer a Cristo, o lo habían conocido, pero sin profundidad (como es el caso de los cristianos de Kaffa-Etiopia cuyo pastor había sido expulsado), no fue por casualidad, sino por la misericordia.

La historia de la vida del Beato José Allamano muestra que se empapó completamente de la misericordia de Dios. La experimentó cuando murió su padre a edad temprana. La misericordia de Dios lo acompañó en compañía de su madre María Ana Cafasso. La experimentó, asimismo, cuando cursaba en el oratorio salesiano de Valdocco, donde se encontró con el santo de misericordia, Juan Bosco. La vida llena de santidad de su tío José Cafasso también le irradió de huellas de misericordia. Las obras misericordiosas de este santo para con los encarcelados no dejaron de influenciar su vida. La curación milagrosa es otro elemento que muestra la misericordia de Dios en la vida del Beato José Allamano.

Definitivamente sintió que la misericordia de Dios lo acompañaba cuando se curó prodigiosamente de la enfermedad que probablemente estorbaría la fundación del Instituto de la Consolata. Esas circunstancias, en una u otra forma, influyeron el ser y quehacer misericordioso del Beato José Allamano, marcaron su vida, y se volvieron acontecimientos vitales que alimentaron el proyecto de la fundación del Instituto cuya tarea era seguir con la propagación de la consolación de Dios a las tierras lejanas.

No se puede negar que la fundación del Instituto fue fruto del celo apostólico del beato José Allamano. Su celo apostólico hizo que él ensanchara sus horizontes hacia el mundo entero. Aquí es donde se puede notar su misericordia y compasión apostólica. El Beato se compadeció con otras tierras del mundo, con otras culturas totalmente diferentes a la suya; en este caso el África, la mayoría de cuyos habitantes en ese entonces, todavía no habían conocido a Jesucristo. Por la misericordia seguramente sintió la urgencia del mandato de Cristo de anunciar el Evangelio a todos. A raíz de eso, le parecía innatural que en su iglesia local, fecunda de tantas instituciones dedicadas a las obras de caridad, faltara una dedicada exclusivamente a las misiones.

Es claro que muchos misioneros inspiraron el ser misericordioso de José Allamano hacia las tierras de misión. Uno de ellos era el Cardenal Guillermo Massaia. Es importante notar que este misionero capuchino fue uno de sus modelos significativos. La necesidad de continuar con su trabajo inspiró la fundación del Instituto de la Consolata para Misiones. El Beato José Allamano se impresionaba muchísimo cuando leía sus obras misioneras en Etiopía. El encuentro personal con él después de que fue expulsado de ese país le motivó para el futuro proyecto de un instituto exclusivamente misionero. Con la expulsión de ese gran misionero de las tierras etíopes, el fundador de los misioneros de la Consolata sintió la gran misericordia con el pueblo al que el Señor le había encomendado. Eso le permitió descubrir un vacío de apostolicidad que, a su juicio, pronto tenía que llenarse.

La misericordia del Beato José Allamano está muy ligada a la forma como percibía con constancia y astucia las necesidades espirituales, morales, sociales y pastorales de esos cristianos. Vale recordar que su intención era que los primeros Misioneros de la Consolata pudieran entrar en contacto con aquellos cristianos abandonados para continuar con la obra del Cardenal Guillermo Massaia. 

LA OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES

Dios es el misericordioso por excelencia para con los pobres. El amor y la solicitud de Dios tienen como destinatarios especiales a los pobres y débiles. Su misericordia hacia ellos se manifiesta, sobre todo, en la prohibición de oprimir y explotar a extranjeros, viudas y huérfanos (Ex 22, 20-26), en la protección de los pobres ante los tribunales (Ex 23, 6-8), y en la prohibición de la usura (Ex 22, 24, 24-26). La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marca el ser misericordioso del Beato José Allamano. No hay duda alguna que en la trayectoria de su vida haya tenido preocupación por los pobres y débiles, tanto a nivel local como en las tierras de misión donde trabajaban los Misioneros y las Misioneras de la Consolata.

La opción preferencial por los últimos está muy ligada a la razón primigenia de la fundación del Instituto. Desde los inicios del Instituto de los Misioneros de la Consolata, el fundador mostraba la preferencia hacia la periferia. Se compadecía con aquellos hombres y mujeres de tierras lejanas que no habían conocido al Salvador del mundo. No cesaba en inculcar este aspecto a sus Misioneros y Misioneras de la Consolata. Para él, el misionero “no parte para obtener así un poco de distracción, ni tanto menos parte para conquistarse una gloria, ni tampoco para obtener cosas materiales. Su partida es una empresa de fe a favor de los más pobres” (Castro, Padre y Maestro de Misioneros, p. 141). El Beato José Allamano tenía la convicción de que el Misionero de la Consolata no podía separarse del compromiso con los pobres, pues Jesucristo es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre. Vale notar que la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza. Esta opción nace de la fe en Jesucristo, el Dios hecho hombre que se ha hecho nuestro hermano (Hb 2, 11-12).

La opción preferencial por los pobres le llevó al Beato José Allamano a preocuparse mucho por su liberación integral. La liberación es un proceso iluminado, reforzado y sostenido por la fe y celebrado por ella como anticipación de esa plena liberación anunciada en la vida, muerte y resurrección de Jesús. Eso significa que la liberación integral de los pobres debe abarcar la totalidad de la persona: su cultura, su estructura, su dimensión histórica y su camino hacia la plena estatura de Cristo. 

EL AMBIENTE MISIONERO DEL BEATO JOSÉ ALLAMANO

 No se puede dudar que el fundador recibió la vocación de ser misericordioso desde el mismo Dios cuyo atributo divino es la misericordia. Tampoco se puede negar que su misericordia hacia los pueblos de la periferia haya sido influenciada por el ambiente denso de misionariedad de la Iglesia local donde se crió. Cuando nació, el ambiente de su Iglesia local estaba repleto de misionariedad. Estaban naciendo institutos misioneros como el PIME, luego nacieron los combonianos. Eso significa que tuvo la ventaja de conocer los maestros de la misión Ad Gentes, quienes se volvieron sus modelos y posteriormente los de sus misioneros y misioneras. Ellos, sin lugar a dudas, influenciaron su ser misericordioso hacia los pobres en los lugares periféricos del mundo.

Al hablar de los modelos de la misión, no se puede dejar de mencionar a San José Cafasso quien le impresionó al Beato José Allamano por su capacidad de moverse hacia todos con un celo apostólico incansable. San Juan Bosco es otro modelo que contribuyó al crecimiento del ser misericordioso del Beato José Allamano hacia la misión Ad Gentes. Él solía ver las expediciones misioneras con tanta solemnidad que salían de Turín para los lugares de misión. Se suma también al Cardenal Massaia entre los que fueron modelos del Beato José Allamano. Ese misionero capuchino misionó en medio de persecución en Etiopía por 33 años. Para ello, fue modelo de perseverancia en la misión.

El ejemplo de esos modelos, su compasión hacia los que no conocían a Cristo, su amor inquebrantable a Dios y al prójimo; todo eso, influenció el celo misionero y misericordioso del Beato José Allamano. La misericordia de esos santos manifestada en las obras caritativas, entrega total a la misión Ad-Gentes, no dejó de sembrar las semillas de misericordia en el ser del fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata.

CONCLUSIÓN

“La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia (…). La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo” (Papa Francisco, Misericordiae Vultus, No. 10). La misericordia fue una columna fundamental en el ser y quehacer del Beato José Allamano. Fue misericordioso porque entendió que a él se le había aplicado la misericordia. Los Misioneros, las Misioneras y Laicos Misioneros de la Consolata, son los herederos del carisma de ser heraldos de misericordia y consolación de Dios al mundo como lo fue el Beato José Allamano.

* Lawrence Ssimbwa, imc, es misionero en Buenaventura (Colombia).

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