Un obispo misionero para una diócesis centenaria

Toma de posesión de Mons. Lisandro Rivas Durán, IMC, en la diócesis de San Cristóbal, Venezuela Foto: IMC Venezuela

La diócesis de San Cristóbal, ubicada en la región de los Andes y que comprende el estado venezolano del Táchira, en el extremo noroccidental del país frontera con Colombia, vio posesionarse, el 14 de diciembre 2024, su sexto obispo, Mons. Lisandro Alirio Rivas Durán, IMC, quien venía desempeñándose como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Caracas por los últimos 2 años y medio.

Por Juan Pablo de los Ríos *

Durante las vísperas solemnes en el día previo a su posesión, en el hermoso Santuario de Nuestra Señora de la Consolación de Tariba, Patrona de la diócesis, Mons. Lisandro Rivas encomendó toda su labor pastoral a la intercesión maternal de la Virgen María bajo esta advocación querida y venerada por todo el pueblo tachirense ya desde los inicios del 1600 cuando la Imagen fue traída por los primeros frailes que evangelizaron este territorio.

En su intervención, el nuevo obispo, usando algunas de las palabras de la oración propia de este Santuario, pide la asistencia de la Madre de la Consolación para “en el día, en la noche, en el trabajo, en el descanso, en la salud, en la enfermedad, en la vida, en la muerte, en el tiempo y en la eternidad” con humildad y disponibilidad estar al servicio del pueblo santo de Dios encomendado a su cuidado pastoral.

La diócesis de San Cristóbal, que en año 2022 celebró su centenario de existencia, recibió con alegría a Mons. Lisandro, en una ceremonia litúrgica que, además de algunas de las autoridades civiles, contó con la presencia del Nuncio Apostólico, el arzobispo de Caracas y una veintena de obispos entre los cuales cinco que venían de la Provincia Eclesiástica de Nueva Pamplona, del vecino país Colombia.

En esta diócesis que cuenta con algo más de 100 parroquias y rectorías y un clero de alrededor 160 sacerdotes y 30 diáconos permanentes, en su homilía de posesión Mons. Lisandro resaltó la imagen del “Buen Pastor” que llega para dar vida, proteger y acompañar amorosamente sus ovejas. Él nos llama. Viene como buen pastor y nos llama por nuestro nombre, para decirnos lo valiosos que somos a sus ojos, para curar nuestras heridas y cargar sobre sí nuestras debilidades, para reunirnos en su grey y hacernos familia como hermanos y hermanas con el Padre.

Mons. Lisandro recibe el Báculo Episcopal como signo de autoridad pastoral

Recordó en sus palabras que “el Señor vino para que Él todos tengan vida, llamándonos a ser sus discípulos misioneros ‘para que en Él todos tengan vida y vida en abundancia’” (Jn 10,10). Después de haber llamado a las ovejas, el pastor las hace salir. “Primero las llama, las hace entrar en el rebaño, luego las conduce hacia afuera. Primero somos reunidos en la familia de Dios para ser constituido su pueblo, su Iglesia; pero después somos enviados al mundo para que, con valentía y sin miedo, seamos anunciadores de la Buena Noticia. Todos estamos llamados a salir de nuestras comodidades y llegar a las periferias que necesitan la Luz del Evangelio”.

Mons. Lisandro con la delegación de la familia Consolata

Monseñor Mario del Valle Moronta, ahora obispo emérito de San Cristóbal y quien pastoreó esta diócesis por 25 años, entregó a Mons. Lisandro el Báculo Episcopal como signo de autoridad pastoral y le pidió permanecer cercano a toda la feligresía y a quienes lo necesitan. “mantente cercano a todos, en particular a los pobres, los excluidos, abandonados y migrantes”, dijo Mons. Moronta.

Álbum de fotos: Comunicación Diócesis de San Cristóbal

* Padre Juan Pablo de los Ríos Ramírez, IMC, es Consejero General para América.

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